miércoles, 8 de agosto de 2007

¿Somos coherentes con lo que pensamos, decimos y hacemos?

“El principio de la educación es predicar con el ejemplo”
Anne Robert Jacques Turgot (1727-1781) Político y economista francés.

A esta frase no hay mucho más que agregarle. Roger Schank dice que se aprende haciendo pero a eso debemos incorporarle que se aprende también con modelos claros a seguir cuyos ejemplos sean dignos de imitar. Cuán carente está hoy nuestra sociedad de esta clases de modelos-adultos para que nuestros niños puedan forjarse como personas libres, respetables, responsables, comprometidas… Joseph Joubert, ensayista y moralista francés lo expresa claramente cuando dice que “los niños necesitan más de modelos que de críticos”.
¿Estamos dispuestos los adultos a asumir esta responsabilidad de ser modelos de nuestros hijos y/o alumnos? ¿Tenemos claro qué valores son los que rigen nuestra vida, nuestra conciencia y qué queremos que ellos aprendan? ¿Somos coherentes con lo que pensamos, decimos y hacemos?
La institución educativa no es el único agente responsable de la educación de los valores. Las prácticas educativas familiares, los medios de comunicación y el propio contexto socio- político, ejercen igualmente un papel relevante.
Para que el trabajo con los alumnos tenga un verdadero éxito, es fundamental tener en cuenta que:
a) los docentes actúan como modelos, y que los valores que se aprenden son aquellos que se pueden vivir o experimentar.
b) los alumnos perciben con bastante claridad la distancia entre “lo que se dice”· y “lo que se hace”.
Con razón algunas personas ajenas al mundo educativo, cuando escuchan continuamente hablar de valores nos dicen “los valores hay que vivirlos”, y no sólo “predicarlos”, "dar conferencias" o "escribir sobre ellos”.
Ese reclamo que se le hace hoy a la escuela es el mismo que hace la escuela a la familia. Es evidente que de ambos lados queda claro que no son valores únicamente los que se declaran, sino sobre todo los que se manifiestan en conductas.


Para ampliar
MEDRANO C. ¿Es posible enseñar y aprender valores en la escuela?
Veinte consejos para educar mal a un hijo.

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